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Psicóloga General Sanitaria Málaga- Psicoanalista Málaga
Psicóloga Málaga Rosalía Delmas
Psicóloga General Sanitaria Málaga- Psicoanalista Málaga
Locuras y Psicosis. El nombre del eje llama ante todo la atención por la yuxtaposición de dos términos que a primera vista parecen sinónimos. ¿Al fin y al cabo, locura y psicosis no son lo mismo? ¿O, de alguna manera, se puede pensar la locura más allá de la psicosis? ¿Son términos sinónimos o bien complementarios?1 Otra pregunta más, ¿de qué modo este eje, Locuras y Psicosis, se relaciona con el título de las jornadas?
“Todo el mundo está en su mundo” es un título que nos remite a la ultimísima enseñanza de Lacan: “Nada es sino sueño, y todo el mundo, si se puede utilizar tal formulación, todo el mundo es loco, es decir delirante”2. De este modo, la última enseñanza de Lacan parece alejarse de la clínica estructural basada en el binarismo “neurosis versus psicosis”. Antes de Lacan, el delirio se refería exclusivamente a la psicosis, siendo una de sus principales manifestaciones. En el sentido clásico de la psiquiatría, el neurótico no se engaña a sí mismo. Sin embargo, aparece un universal: todos deliramos, sin excepción. Hallamos una explicación en los diferentes textos del eje: todo el mundo delira porque todo sujeto está irremediablemente separado de lo real por el lenguaje. El delirio es la respuesta al acceso imposible a lo real. Es decir, para Lacan, el sujeto neurótico también se engaña, también delira porque hay una parte de goce que escapa a la metáfora paterna y es justo ahí donde cada uno de nosotros está llevado a inventar. El sujeto sueña en todo momento porque todo es ficción, porque crea sentido donde no lo hay para escapar del agujero de lo real. A veces, se puede acercar un instante a ese real (en las pesadillas, por ejemplo) pero como nos dice Lacan, entonces “nos despertamos solo para seguir soñando”3. Donde aparece la singularidad es justamente en que cada uno delira a su manera, se inventa un mundo propio. Esto se puede ver en el análisis, donde el analizante habla de lo que no existe, construye su novela familiar, el mito del neurótico. Es una manera singular, propia de dar forma a lo imposible, a lo que sí existe que está del lado de lo real. Es el modo en que cada uno se defiende de lo real elaborando un anudamiento singular de Real, Simbólico e Imaginario, de ahí: “Todo el mundo está en su mundo”.
¿Pero qué queda entonces de las primeras enseñanzas de Lacan?4 ¿De la clínica del hay o no hay nombre del padre, o bien del “No es loco el que quiere”? Como bien dice Rosa López en su texto “Ficción, discursos y delirios”: “¡Atención! Jacques-Alain Miller nos advirtió del riesgo de aplanar la clínica diferencial con las singularidades. Más que nunca se hace necesario mantener una discriminación entre la locura universal del delirio y las psicosis”.5 De este modo, el analista no actuará de la misma forma frente al delirio neurótico o psicótico. En el caso del delirio neurótico, “usará los semblantes necesarios para tocar las defensas”6, sin embargo frente al delirio psicótico “mantendrá la posición que mejor convenga para sostener la invención delirante con la que el psicótico puede llegar a hacerse un mundo”7.
A modo de conclusión me gustaría terminar con un fragmento de Alicia en el País de las Maravillas publicado en 1865 (para que veáis que el artista está siempre un paso por delante del analista). Alicia pregunta al gato de Cheshire:
“¿Qué clase de gente vive por aquí?
—En esta dirección (…) vive un Sombrerero. Y en esta dirección (…) vive una Liebre de Marzo. Visita al que quieras: los dos están locos.
—Pero es que a mí no me gusta tratar a gente loca—protestó Alicia.
—Oh, eso no lo puedes evitar, aquí todos estamos locos. Yo estoy loco. Tú estás loca”8.
1 Cf. Álvarez, J.M., “Sobre locura y psicosis”, Encadenamiento, Eje Locuras y Psicosis XXI Jornadas de la ELP.
2 Lacan, J., «Lacan pour Vincennes!», Ornicar ?, n° 17/18, 1979, p. 278.
3 Lacan, J., El Seminario, Libro 17, El reverso del psicoanálisis, Paidós, Buenos Aires, 2010, p. 60.
4 Lacan, J., Escritos 1, Acerca de la causalidad psíquica, Siglo XXI, Madrid, 1990, p. 166.
5 López, R., “Ficción, discursos y delirios”, Encadenamiento, Eje Ficción, discursos y delirios XXI Jornadas de la ELP.
6 Ibid.
7 Ibid.
8 Carroll, L., Alicia en el País de las Maravillas. Mestas ediciones, Madrid, 2003, p. 60.
El hijo inesperado. Jornada de estudio sobre el autismo y presentación de libro. Escuela Lacaniana de Psicoanálisis. Todos los nombres empleados en este texto son ficticios.
Empezaré diciendo, y espero no decepcionar a nadie, que se sabe bien poco sobre el autismo. Éric Laurent en una entrevista reciente en la que es preguntado “Qué es el autismo?” contesta que “De momento no sabemos bien lo que es el autismo. Es precisamente una de las grandes preguntas de la época. ¿Qué es esto?”. Queriendo aproximarse a una descripción más fidedigna de una manifestación clínica tan variada y compleja, la Asociación Americana de Psicología, en 2013, con la publicación de la edición actual del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, el DSM-5, procede a un cambio en la terminología. Ya no se habla de niños autistas sino de niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Es decir, existe un abanico tan amplio de síntomas, signos y manifestaciones que una sola palabra ya no basta para agrupar a todos estos niños en una sola categoría. Se necesita crear un espectro, el espectro autista. Pero ¿qué hay realmente detrás de estas palabras? Si buscamos más allá de la etiqueta, más allá del cajón de sastre como diría Gema Vilanova (p29), ¿qué encontramos? O mejor dicho, ¿a quiénes encontramos? Encontramos a Lucía, 15 años, alta y guapa, siempre perfectamente conjuntada, toda una mujer. No habla, no juega, no pide, no hace. Ella solo quiere tumbarse en el suelo y quedarse así con la mirada perdida. Está esperando, esperando a que suene el timbre. Entonces se sobresalta, y se pone a aletear rítmicamente hasta que, por fin, puede abrazar a su madre que acoge contenta el abrazo, pero ya echa de menos su momento de respiro. Encontramos también a Juan, casi adulto por su edad, pero todavía y probablemente para siempre un niño. Tampoco habla, pero él canta, tararea, canturrea. En ningún momento se detiene al menos que lo obliguen. Si eso ocurre entra en una ira descontrolada. Entonces se pega, se arranca el pelo, grita y llora. Necesita su protección, esa cápsula de villancicos que lo envuelve. Entonces vuelve la calma y se balancea. Encontramos a Luís. Él es ávido de abrazos y de palabras. Le gusta contar chistes y escucharlos. Le maravillan las risas que se esconden tras las palabras. Le gustan las caricias, los abrazos y tocar el pecho de su madre. Encontramos también a Rodrigo, apasionado por las leyendas, las criaturas mágicas y mitológicas. Las conoce todas, sobre todo si dan miedo o tienen alguna conexión con la muerte. La santa compaña, las meigas, el kraken…pregunta por sus historias, pero él sabe más y si se lo pedimos, cuenta lo mucho que sabe de ellas. A Rodrigo, lo que más miedo le da en el mundo es el Coco. Y encontramos a Josep, el protagonista del libro que venimos a presentar. Josep da los abrazos estrechando fuerte desde detrás, dando la espalda para que sea su madre la que lo envuelva. Le gustan las pompas de jabón y dice “máz” para que no pare el espectáculo. No se separa nunca de su “pececito”, este objeto que lo conecta con el mundo y le permite establecer un vínculo con él, como dice Gemma Vilanova. Josep aprende solamente las cosas que quiere, cuando quiere y como quiere. Es el inventor de un estilo de Parkour totalmente personal. Le gusta correr, dar paseos en scooter con su padre, devorar un paquete de patatas fritas, y chapucear en las aguas heladas del mar. Es decir que si miramos más allá de la etiqueta, del espectro TEA, no hay dos niños iguales. Y es justamente a esa singularidad a la que el psicoanálisis le da un lugar. Para el Psicoanálisis de orientación lacaniana, el niño autista no es un sujeto anormal, sino que, en palabras de Silvia Elena Tendlarz, “sigue una modalidad de funcionamiento subjetivo singular”. Una vez más el psicoanálisis se sale de la dicotomía tan dañina de lo normal y lo patológico, como lo hace con todas las demás categorías clínicas. En el psicoanálisis, las etiquetas no sirven ya que lo importante es que siempre se trate con singularidades y que cada sujeto es diferente. De este modo, el psicoanalista no pretende educar al niño, no pretende adiestrarlo en actividades productivas para que encaje en una sociedad que no acepta su diferencia, su particularidad, su invento. No le pediremos a Lola que se levante del suelo y se siente en una silla (lo que se llama seguimiento de instrucciones), no cortaremos la música de Juan para que aprenda a lidiar con la frustración, no le explicaremos a Luis que sólo se dan abrazos a los conocidos y que no se debe tocar el pecho de mamá, y no preguntaremos a Rodrigo por otras cosas que por lo que le interesa, por sus seres mágicos. No utilizaremos (y cito a Gema) “la técnica de la recompensa, como cuando adiestras a un perro”(p33), para que Josep haga puzles, señale objetos, repita palabras o suelte a su pececito. Todo lo contrario, consideramos que el niño autista, como todos los demás niños, es un sujeto, y un sujeto que tiene sus invenciones particulares, y que a partir del respeto de sus invenciones, podemos llegar a trabajar. No se trata de educar al niño, dirigirlo, mandarle. Como dice Jacques Alain Miller en El niño y el Saber: “En el discurso analítico se respeta el saber del niño. Y ellos saben, siempre saben más de lo que sospechan los adultos. Su saber es respetado como el de un sujeto de pleno ejercicio, porque es un sujeto de pleno ejercicio y no “sujeto a venir”, como lo es a los ojos de la pedagogía. La cura no es una educación. Es el niño, en el psicoanálisis, el que se supone que debe saber, y es más bien el Otro el que debe ser educado, es el Otro el que debe aprender a sostener. El analista está del lado del sujeto y para él es tarea el guiar al sujeto, al niño, a jugar su partida con las cartas que le han sido distribuidas.” Respetar la invención del sujeto autista significa partir de estos intereses suyos para poder desplazar el encapsulamiento autista y lograr que el niño pueda incluirse en el mundo de una manera más amplia.
SEXO Y BIENESTAR
|4 de octubre de 2023
Publicado en libro de contribuciones de las VI jornadas de investigación de la facultad. Universidad de Málaga.
ISBN: 978-84-1335-262-6
RESUMEN
El interés por la sexualidad humana desde una perspectiva positiva, enfocándose en sus potenciales efectos sobre la salud y el bienestar, es relativamente reciente. Por esa razón, un estudio detallado que recoja lo que la ciencia sabe hoy en día sobre el sexo y su relación con la salud y el bienestar resulta imprescindible. Este Trabajo de Fin de Grado analiza, por tanto, los beneficios de una sexualidad positiva, activa y satisfactoria para la salud en general, tanto física como mental, así como para el bienestar. Los resultados apuntan a que una actividad sexual regular tiene, entre otros muchos beneficios, efectos analgésicos y sedantes, influye positivamente en el sistema cardiovascular y cerebrovascular, y alarga la vida. Del mismo modo, protege frente a síntomas de depresión y ansiedad, y se asocia, además, con una mayor satisfacción vital. De esta manera, la sexualidad representa un importante factor de protección ante problemas de salud física y mental, así como, una fuente notable de bienestar y felicidad. Por lo tanto, es esencial reconsiderar la sexualidad como un valioso recurso contra el sufrimiento y una potencial estrategia terapéutica. Palabras clave: sexo, conducta sexual, sexualidad, masturbación, coito, salud física, salud mental, bienestar, felicidad, satisfacción.
CELEBRAR LAS IMPERFECCIONES
|3 de junio de 2024
"Kintsugi" (金継ぎ) es una técnica japonesa centenaria que consiste en reparar piezas de cerámica rotas utilizando barniz de oro. En lugar de ocultar las roturas, el kintsugi las resalta y las convierte en parte integral del diseño, creando una nueva estética que celebra la imperfección.
El kintsugi va más allá de una simple técnica de reparación. Se trata de una filosofía que ve la belleza en las imperfecciones y en la historia de cada objeto. Las roturas, en lugar de ser un defecto, se convierten en un símbolo de belleza y transformación. De esta manera, un objeto que ha sido dañado y reparado con kintsugi puede llegar a ser incluso más valioso que uno nuevo.
La reparación de una pieza con kintsugi requiere un proceso meticuloso y artesanal. Primero, se limpian cuidadosamente las piezas rotas. Luego, se unen con un barniz especial hecho de resina y polvo de oro. Finalmente, se deja secar la pieza y se pule para darle un acabado brillante.
El kintsugi tiene un profundo significado cultural en Japón. En una sociedad que valora la perfección y la armonía, el kintsugi nos recuerda que la belleza también reside en lo imperfecto y en lo que ha sido vivido. Es una forma de aceptar las inevitables dificultades de la vida y de encontrar la belleza en las cicatrices.
NIÑO QUE NO HABLA EN EL COLEGIO - Mutismo Selectivo - Guía para maestros y profesores.
|27 de junio de 2024
Basado en la guía propuesta en selectivemutism.org
¿Qué es el mutismo selectivo? El mutismo selectivo es un trastorno de ansiedad caracterizado por una incapacidad persistente para hablar en determinadas situaciones sociales, mientras que el niño es capaz de comprender y hablar el lenguaje en otros entornos.
Es importante señalar que el mutismo selectivo no es una elección voluntaria y que los niños que lo padecen no son caprichosos ni testarudos. Es un trastorno real que puede causar angustia y dificultades significativas en la vida diaria.
¿Cuáles serían los objetivos de una intervención?
1. Reducir la ansiedad y ofrecer al niño un espacio afectuoso
2. Reforzar la autoestima y la confianza en sí mismo
3. Mejorar la comunicación no verbal (gestos, expresiones faciales y otros).
4. Aumentar la comunicación verbal
En última instancia, el objetivo principal es mejorar el bienestar del niño en la escuela permitiéndole participar plenamente en las actividades. Debemos tener cuidado de no centrarnos en el lenguaje y la comunicación. Este objetivo llegará a su debido tiempo si se cubren los dos primeros y se lleva a cabo un trabajo terapéutico paralelo.
Consejos para el profesor.
Sobre cómo interactuar con el alumno y crear un ambiente cálido en el aula y ofrecerle mucho ánimo.
- En la medida de lo posible, incluya al alumno en las actividades.
- Para que el alumno se sienta parte de la clase, puede ser útil encomendarle una tarea que no requiera un comportamiento verbal, como realizar una tarea especial para el profesor.
Evita hacer preguntas al principio.
- Incluso decir "Buenos días, Lili" provoca una respuesta. - En su lugar, di algo como: "Me alegro de verte esta mañana, Lili. Hoy vamos a pasar un día estupendo."
Es mejor empezar con descripciones y reflexiones.
- Veo que estás cogiendo el Lego rojo, y ahora estás cogiendo la pieza amarilla, etc. Veo que estás construyendo una torre grande con tu Lego - ¡Me encantan las torres grandes! Veo que estás construyendo una torre alta con tu Lego - ¡Me encantan las torres altas!".
Cuando el niño parezca sentirse cómodo, es mejor hacerle preguntas de elección forzada.
- ¿Prefieres el rosa o el morado? "¿Tu casa tiene escaleras o no tiene escaleras? "¿Hoy has ido al colegio en coche o en autobús? - Aunque empieces preguntando sí o no, siempre puedes añadir algo más al final para forzar la elección. "¿Quieres peces de colores? ¿O cualquier otra cosa......?" "¿Has venido hoy con tu madre... o con otra persona"? - Cuando Lili responda a una pregunta, ofrécele un refuerzo positivo con un cumplido específico como: "Gracias por decirme que querías rosa" "¡Bien hecho por decirme que querías peces de colores!".
Evite las adivinanzas. En su lugar, utiliza palabras en lugar de gestos.
- Si ves que Lili señala o asiente para decir sí/no, dile: "Veo que estás señalando la silla azul. ¿Quieres sentarte en la silla azul o en otra?
Espera 5 segundos. (Cuéntalos lentamente en tu cabeza)
Si haces una pregunta de elección forzada y el niño no contesta, espera 5 segundos. Luego repite la pregunta. Es importante darle tiempo para pensar y responder.
Utiliza muchos cumplidos específicos.
- Cuando observes una interacción, ya sea una sonrisa, un gesto con la mano, un acercamiento a otro alumno o un trozo de papel que el alumno te entrega, muestra tu agradecimiento con cumplidos específicos: "¡Qué bien que me hayas entregado ese folio! "Le has dedicado a Ana una sonrisa bonita y valiente", etc. - Los niños con mutismo selectivo hacen y son capaces de hacer muchos progresos, pero normalmente en pequeños pasos.
Si otros niños dicen: "Lili no habla".
- Corrígeles y diles: "Lili habla y un día hablará también en la escuela". "Lili está trabajando con valentía para confiar en su voz y hablar en la escuela".
Ayudar a iniciar y facilitar el juego.
- Debido a su ansiedad, a los niños con SD les resulta muy difícil iniciar o participar en juegos y otras interacciones con sus compañeros. Resulta especialmente útil proponer actividades para el tiempo libre y el recreo y asignar tareas al niño con mutismo selectivo y a un compañero de juego para que las hagan juntos ("Sarah y Anna, id a limpiar la zona de dibujo").
Trabaje en grupos pequeños.
- Si el niño está demasiado ansioso para hacer una tarea delante de toda la clase, ofrézcale la oportunidad de hacerla con un grupo pequeño o de realizar la actividad individualmente con él. Esto reduce la ansiedad y las exigencias sociales.
Acepte respuestas no verbales.
- Si el niño con mutismo selectivo está demasiado ansioso para responder o participar, ofrézcale y acepte una forma no verbal de responder. - Recuerde que se trata de una situación temporal y que todos los implicados esperan que algún día el niño pueda utilizar respuestas verbales. - Dígale algo como: "Adelante, señala el que quieras".
Mantenga una actitud positiva.
- No regañe ni castigue al niño por no hablar, y evite recurrir a la culpa para intentar que hable. - Los niños con mutismo selectivo son extremadamente sensibles a las críticas y pueden agobiarse fácilmente si sienten que están fallando o decepcionando a alguien. El alumno no intenta provocarle al no hablar.
SEPTIEMBRE - Mes de cambios y renovación.
|01 de septiembre de 2024
Basado en la guía propuesta en selectivemutism.org
El mes de septiembre marca un punto de inflexión en el año. Con la llegada del otoño, el ambiente comienza a cambiar, y este cambio estacional nos invita a mirar hacia adentro, a reflexionar sobre nuestro propio proceso de transformación personal.
En psicoanálisis, entendemos que el inconsciente está en constante movimiento, revelando aspectos de nosotros mismos que a veces permanecen ocultos bajo la superficie. Septiembre es una oportunidad para sintonizarnos con esos aspectos, para explorar nuestras emociones, deseos y conflictos internos que pueden estar pidiendo ser atendidos.
Así como los árboles sueltan sus hojas, nosotros también podemos soltar viejos patrones y pensamientos que ya no nos sirven. Este es un buen momento para cuestionar nuestras creencias arraigadas, para revisar las metas que nos propusimos al inicio del año y para permitirnos la posibilidad de hacer ajustes.
La introspección es una herramienta poderosa. Preguntarnos, ¿qué necesito dejar ir para poder crecer? o ¿qué deseos he postergado? puede abrir un camino hacia una mayor claridad emocional. El trabajo psicoanalítico se enfoca en este tipo de exploración profunda, ayudándonos a entender las raíces de nuestras experiencias y a encontrar nuevas formas de estar en el mundo.
Este septiembre, te invito a aprovechar el cambio en el aire para reconectarte contigo mismo. La reflexión consciente y el trabajo interno pueden ser el primer paso hacia una renovación auténtica y duradera.
**Nos vemos en la consulta, donde juntos exploraremos el camino de tu propia transformación.**